15 de mayo del 2012 ese fue el Día ‘D’, cuando entró en
marcha el acuerdo.
Las cifras no favorecen del todo a Colombia, pero en
medio de un entorno complejo, más empresas nacionales están encontrando
clientes en el mercado de EE. UU. Pero, los retos son mayores.
La foto del primer cumpleaños del Tratado de Libre
Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos quedó de la siguiente manera:
entre mayo del 2012 y marzo del 2013, Colombia exportó 18.854 millones de
dólares al mercado estadounidense, 9,4 por ciento menos que un año atrás.
A febrero, las compras colombianas a EE. UU. crecieron
12,7 por ciento y sumaron 12.598 millones de dólares.
A simple vista, los números podrían decepcionar, pero lo
cierto es que no pueden verse a la ligera, pues hay varios elementos para tener
en cuenta.
Si bien el valor de las ventas colombianas al mercado
estadounidense prácticamente se estancó el año pasado y en los once primeros
meses de la puesta en marcha del TLC (mayo 2012- marzo 2013) cayeron, la
realidad es que dentro de este dato hay varias historias.
Mientras las exportaciones mineras y de café
retrocedieron más de 10 por ciento en ese lapso, las ventas no tradicionales
(sin petróleo, carbón, ferroníquel y café) crecieron casi 20 por ciento.
Datos de Proexport con corte a febrero muestran que, en
plata blanca, empresas de manufacturas, agroindustria y productores de otros
tipos de bienes vendieron 726 millones de dólares adicionales a los 3.952
millones que facturaron en el mismo lapso de un año atrás, cuando no tenían
TLC.
Hay otro cristal para ver el resultado.
Los análisis de Proexport señalan que en el periodo de
análisis 2.816 empresas exportaron al mercado estadounidense, de las cuales el
96,5 por ciento es de bienes no tradicionales. 775 empresas de distintos
rincones del país decidieron lanzarse al agua y empezar a exportar tras la
entrada en vigencia del TLC. En el último año, cerca de 2.000 productos
colombianos encontraron mercado en Estados Unidos, y 187 son completamente
nuevos, dice la entidad.
Aunque las importaciones colombianas se aceleraron en el
último año, vale la pena señalar que una parte importante corresponde a
maquinaria y equipo, con lo cual las empresas estarían aprovechando tanto el
pago de menores impuestos, como la apreciación de la tasa de cambio. El
ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, dijo recientemente que “el 80 por
ciento de las importaciones desde EE. UU. corresponde a bienes no producidos”.
Tales datos no resultan despreciables en medio de un
entorno internacional complejo, marcado por el lento crecimiento o la recesión
en los países desarrollados.
En ese escenario, el comercio internacional creció apenas
2 por ciento en el 2012, según los datos de la Organización Mundial del
Comercio (OMC), y una dinámica similar registró el intercambio de EE. UU. con
el resto del mundo.
Pero, lo que sí ha resultado evidente es que a pesar de
que pasaron ocho años desde que iniciaron las negociaciones, distintas voces
advierten que la entrada en vigencia del TLC tomó desprevenidos a muchos
empresarios, e incluso temas del resorte del Gobierno no avanzaron al ritmo
necesario para hacerle frente a esta nueva realidad.
Así las cosas, si bien hay razones para celebrar, hay
muchos más motivos para ‘ponerse las pilas’.
Los TLC han puesto de manifiesto las grandes falencias
que hay en Colombia en materia de competitividad, no solo en tareas de largo
plazo como es el caso de la infraestructura de transporte y la agilidad en las
aduanas, sino también las debilidades que tiene el sector privado.
Conocer más el mercado y ampliar la oferta exportable son
algunos de los temas en los que hay que seguir avanzando. Sin embargo, las
tareas toman tiempo, y entre más rápido se avance, más pronto se verán los
resultados.
OTROS PAÍSES TUVIERON UNA EXPERIENCIA SIMILAR
El balance agridulce no ha sido una experiencia exclusiva
de Colombia. De hecho, la situación no es muy diferente a lo que vivieron otros
países de América Latina en su primer año tras la puesta en marcha del TLC con
Estados Unidos. México, Chile y algunos centroamericanos empezaron comprando
más productos americanos que exportando a ese mercado, pero en los siguientes
años la tendencia se revirtió y sus ventas crecieron a buen ritmo.
Y Perú, que le lleva tres años de ventaja a Colombia pese
a haber negociado al tiempo, se encontró también con el coletazo de la crisis
financiera que afectó seriamente a la economía estadounidense. Entre tanto, el
acuerdo entre Estados Unidos y Panamá, que fue aprobado por parte del Congreso
norteamericano al mismo tiempo que el de Colombia, entró en vigencia en
diciembre.
Luisa Gómez R.
Redacción Portafolio
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